Una recesión de encía o una recesión gingival consiste en un proceso en el cual se queda “al aire” o expuesta la raíz del diente y otras estructuras que se localizan debajo de la encía.
Este hecho tiene varias consecuencias negativas para el paciente, entre las que podemos destacar:
- Aumento de la sensibilidad dental: Resulta muy molesto beber o comer alimentos muy fríos o calientes.
- Aumenta el riesgo de padecer caries: El tejido que cubre las raíces de los dientes es el cemento radicular; este tejido es mucho más vulnerable que el esmalte dental ante dicho proceso patológico.
- Inconveniente estético: Cuando se pueden observar dichas recesiones en dientes que exponemos a otras personas en nuestra vida cotidiana, principalmente recesiones localizadas en los dientes anteriores (incisivos y caninos). En los casos más graves podría ocasionar al individuo un problema de ansiedad a la hora de establecer relaciones sociales con otras personas.
Es muy importante la detección precoz de una recesión gingival para evitar su empeoramiento en el tiempo. Debe ser el odontólogo especialista el que, tras un examen clínico y radiográfico, determine si existe o no dicha patología.
¿Qué causas provocan una recesión en la encía? La etiología de esta alteración periodontal es multifactorial, es decir está provocada por muchos factores muy diferentes, como pueden ser:
- Edad de la persona
- Mala posición de los dientes
- Técnica de cepillado incorrecta.
- Presencia de gingivitis (inflamación de las encías) ó enfermedad periodontal (“piorrea”).
- Existencia de frenillos labiales con una inserción muscular potente.